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Enclave

Verde, húmedo, frío y boscoso, cubierto de nieblas en otoño es el paisaje de esta tierra. Un paisaje suave, poblado de hayedos, pinares, castaños, fresnos y helechales, donde la flora se entremezcla con el ganado autóctono.

Es lugar donde abundan las lluvias y las nieves, donde el invierno es duro y el rocío y la lantzurda (escarcha) cubren a menudo los campos. El agua es abundante y las regatas de Odia, Itolegi y Ezpelondo, cristalinas.

Un valle donde la mirada del águila real nos adentra en remansos de paz y tranquilidad, introduciéndonos en un mundo de frondosos bosques de hayas, de bellos rincones para perderse, y de ríos susurrantes. Una riqueza paisajística que integra en su belleza excelentes muestras de patrimonio artístico. Puentes medievales, molinos y palacios son testigos únicos de nuestra ancestral historia.

Paisaje

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